En un giro estremecedor, la autopsia realizada a Edwin Santos ha revelado que la causa de su muerte fue asfixia mecánica, una conclusión que ha generado una tormenta de controversia en el país. Santos, un funcionario que se negó a firmar actas electorales forjadas que daban como ganador a Nicolás Maduro, habría sido asesinado según fuentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN). Estas fuentes señalan directamente al director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), Douglas Rico, como el responsable de la muerte.

Las circunstancias que rodean la muerte de Santos han sido objeto de escrutinio desde que se encontró su cuerpo en condiciones sospechosas. El resultado de la autopsia, divulgado de manera extraoficial por personal médico bajo condición de anonimato, ha confirmado lo que muchos temían: Santos fue víctima de un homicidio, provocado por asfixia mecánica, es decir, sofocado de manera intencional.

¿Manos de Rico?

La información más alarmante proviene de fuentes internas del SEBIN, quienes aseguran que fue el propio Douglas Rico quien, con sus propias manos, acabó con la vida de Edwin Santos. Según estos testimonios, el acto sería una represalia directa contra Santos por negarse a firmar actas electorales adulteradas, en un contexto de creciente tensión política tras las elecciones del pasado julio.

El presidente Nicolás Maduro, quien se ha aferrado al poder pese a las evidencias de fraude y los reclamos de la oposición, ha encontrado un nuevo frente de crisis con la revelación de este caso. Santos, un funcionario de bajo perfil pero con acceso clave a información electoral, habría sido coaccionado para validar resultados forjados, y su negativa lo habría convertido en un blanco para los servicios de inteligencia leales al régimen.

Amenazas a periodistas

Las consecuencias de esta revelación no se han limitado solo a los hallazgos de la autopsia. Fuentes cercanas a la investigación han denunciado que Douglas Rico ha comenzado a lanzar amenazas directas contra periodistas y medios de comunicación que están siguiendo de cerca el caso. Esta intimidación, reportan varios periodistas, incluye advertencias explícitas y vigilancia a los investigadores que intentan arrojar luz sobre lo ocurrido con Santos.

En redes sociales, la etiqueta #JusticiaParaSantos ha ganado fuerza, y diversas organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por la creciente persecución a periodistas en Venezuela, especialmente aquellos que investigan crímenes de alto perfil relacionados con figuras del gobierno o las fuerzas de seguridad.

Impunidad y represalias

Los rumores sobre la implicación de Douglas Rico no son nuevos. Diversos informes han señalado al director del CICPC como uno de los principales operadores de las estrategias represivas del régimen, utilizando su posición para silenciar disidencias y encubrir casos de violencia política. Sin embargo, hasta ahora, las pruebas han sido difíciles de obtener debido al férreo control de los medios y las instituciones del Estado.

En un país donde la justicia parece haber sido secuestrada por el poder político, el caso de Edwin Santos amenaza con convertirse en un nuevo emblema de la impunidad que rodea a las figuras del régimen y la fragilidad de la democracia en Venezuela. La presión internacional para esclarecer este caso ha comenzado a aumentar, y las próximas semanas serán decisivas para determinar si estas revelaciones logran romper el muro de silencio.

Conclusión

Mientras se espera una respuesta oficial del gobierno y una reacción de Douglas Rico, la muerte de Edwin Santos sigue siendo un reflejo de la lucha interna y las tensiones por mantener la narrativa oficial en un contexto electoral disputado. La amenaza a periodistas que investigan este crimen solo subraya la gravedad de un caso que promete tener profundas repercusiones en el panorama político y social de Venezuela.

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