La crisis energética que azota a Cuba sigue profundizándose, afectando a millones de personas en todo el país. En varias provincias, los habitantes han reportado prolongadas interrupciones del servicio eléctrico, que en algunos casos superan las 36 horas consecutivas sin luz, sin que se vislumbre una solución inmediata.
En la ciudad de Matanzas, los residentes informan que después de pasar 36 horas sin electricidad, el servicio fue restablecido brevemente, solo para interrumpirse nuevamente 45 minutos después. Esta situación ha generado frustración entre los afectados, quienes esperan que el sistema eléctrico logre estabilizarse cuanto antes. Sin embargo, los apagones intermitentes y la falta de una respuesta efectiva por parte de las autoridades eléctricas están haciendo mella en la población.
El panorama es similar en otras zonas del país. En Santiago de Cuba, los residentes llevan más de 36 horas sin electricidad, sin haber experimentado ni un solo instante de alivio. La falta de suministro también afecta a San Nicolás, en la provincia de Mayabeque, y a Consolación del Sur, en Pinar del Río, donde los habitantes llevan más de 38 horas consecutivas sin luz.
En Caibarién, tras 36 horas sin corriente, los residentes apenas recibieron 30 minutos de electricidad antes de volver a la oscuridad. En Chaparra, el suministro eléctrico intentó ser restablecido en la madrugada, pero el esfuerzo fue en vano, ya que el servicio volvió a fallar casi de inmediato.
Los comentarios en redes sociales muestran la desesperación de los afectados. Algunos señalan que el gobierno ha explicado que la crisis podría prolongarse durante varios años, y que, a pesar del esfuerzo de los trabajadores del sector eléctrico, la situación es insostenible. La indignación va en aumento, y muchos comparan el restablecimiento intermitente del servicio con soluciones temporales para un problema estructural que solo parece empeorar.
Además de la crisis energética, los residentes temen que una tormenta tropical, que podría convertirse en huracán en los próximos días, agrave aún más la situación. La perspectiva de enfrentarse a un fenómeno meteorológico sin electricidad y con servicios esenciales debilitados ha encendido las alarmas en todo el país.
Las prolongadas interrupciones del servicio eléctrico están afectando no solo la vida cotidiana de los cubanos, sino también la ya frágil infraestructura del país. Las autoridades aún no han dado señales claras de cuándo el sistema eléctrico podría volver a operar con normalidad, dejando a millones de personas en una incertidumbre creciente.
El país se enfrenta a un panorama sombrío en el que los apagones prolongados, la escasez de recursos y la inestabilidad climática podrían generar una tormenta perfecta de problemas para la población. Mientras tanto, la paciencia de los cubanos sigue siendo puesta a prueba.







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