En el año 2016, Rusia otorgó un préstamo de 2 mil millones de dólares a Cuba, destinado específicamente a la reparación del deteriorado sistema eléctrico nacional. La expectativa era que estos fondos aliviaran los constantes apagones que afectaban la vida diaria de los cubanos, así como su economía. Sin embargo, ocho años después, el sistema energético cubano parece estar peor que nunca, con cortes de electricidad prolongados y una crisis energética que parece no tener solución a la vista.
Septiembre de 2024: un nuevo apoyo de China
A pesar de la ayuda económica recibida de Rusia en 2016, el régimen cubano sigue apelando a aliados internacionales para enfrentar la creciente crisis. En septiembre de 2024, China donó 10 generadores eléctricos con la esperanza de mejorar el suministro energético en la isla. Sin embargo, a un mes de la entrega de estos generadores, el impacto de esta ayuda aún no se ha sentido. Los apagones persisten, afectando a provincias como Camagüey, que recientemente fue noticia por solo tener tres horas diarias de electricidad. ¿Dónde están los generadores chinos y por qué no han aliviado la situación?
Octubre de 2024: la llegada del petróleo mexicano
El 17 de octubre de 2024, un buque petrolero mexicano llegó a Cuba en un intento de aliviar la escasez de combustible, un factor clave en la crisis eléctrica. Aunque la llegada del petróleo prometía aliviar los cortes de energía, la realidad es que el impacto en la vida cotidiana de los cubanos aún no se ha sentido. Muchos se preguntan qué ha sucedido con ese petróleo, si realmente ha sido distribuido eficientemente para mejorar el suministro eléctrico o si, como en otras ocasiones, ha sido desviado para otros fines.
El misterio del dinero y la ayuda internacional
La pregunta que muchos cubanos se hacen es: ¿Dónde está todo ese dinero?. Los 2 mil millones de dólares de Rusia, la donación de generadores por parte de China y el petróleo mexicano deberían haber marcado un antes y un después en la estabilidad del sistema eléctrico. Sin embargo, la falta de transparencia en el uso de estos recursos genera más dudas que respuestas.
El gobierno cubano ha dado pocas explicaciones sobre el destino de los fondos rusos, el estado de los generadores chinos o cómo se está utilizando el petróleo mexicano. Mientras tanto, el pueblo cubano sigue enfrentando apagones de hasta 21 horas, con apenas tres horas de luz al día, un hecho que sigue afectando gravemente la calidad de vida y el funcionamiento de sectores claves de la economía.
¿Una cuestión de gestión o de intereses?
Muchos expertos señalan que el problema de fondo no es la falta de recursos, sino la gestión deficiente y la corrupción dentro del sistema. Sin un plan de mantenimiento efectivo y una distribución justa de los recursos, la crisis eléctrica se ha convertido en un problema estructural que las ayudas internacionales no han podido resolver. La opacidad en el manejo de los fondos y la falta de rendición de cuentas son factores que alimentan la creciente desconfianza de los cubanos en la capacidad del gobierno para gestionar la crisis.
Mientras tanto, el pueblo cubano sigue esperando una solución real a sus problemas energéticos, y la pregunta sigue en el aire: ¿Dónde está todo ese dinero?







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