La reconocida intelectual cubana Alina Bárbara López Hernández ha compartido en su perfil de Facebook una poderosa reflexión sobre el impacto del miedo en la sociedad cubana y su gobierno. En su publicación, titulada “Lo peor que hay es vivir con miedo”, López Hernández desentraña la omnipresencia del miedo en Cuba, una fuerza que, según ella, afecta tanto a la ciudadanía como al propio Estado.

López Hernández señala que “en Cuba casi todos sienten miedo”: la ciudadanía por temor a la represión del Estado y el Estado porque, según sus palabras, sabe que “si ese miedo se debilita lo suficiente, está perdido”. Esta simbiosis del miedo, donde tanto el pueblo como el gobierno se ven atrapados en un ciclo de incertidumbre y control, define, para la intelectual, la incapacidad del país para avanzar hacia un futuro mejor.

Apoyándose en una cita del jurista René Fidel González García, López Hernández afirma que “al otro lado del miedo está el país que soñamos”, sugiriendo que solo cuando ambas partes –ciudadanía y gobierno– superen sus miedos, Cuba podrá aspirar a ser un lugar habitable, próspero y libre.

Sin embargo, su análisis va más allá de la economía o de las consignas habituales del régimen. Para ella, la crisis cubana es “definitiva e irreversible” y abarca todos los aspectos de la vida: política, social, simbólica, ideológica y cultural. Subraya que, aunque el gobierno sigue en el poder, su permanencia se debe exclusivamente a la represión, lo cual, asegura, no implica que tenga verdadero control de la situación.

El gobierno, dice López Hernández, “no tiene ya nada que demostrar”, y las esperanzas de la población ya no están depositadas en promesas incumplidas. Sin embargo, advierte que, aunque muchos exigen la renuncia inmediata de los dirigentes, esto no es una expectativa realista. El verdadero cambio, apunta, debe surgir de una toma de conciencia tanto en el seno del gobierno como entre los ciudadanos.

“Ya las cosas dependen menos de lo que sea capaz de hacer el gobierno que de nosotros”, afirma, haciendo un claro llamado a la responsabilidad y a la acción consciente por parte de la población. López Hernández insiste en que este no es un llamado a la violencia, sino a la reflexión y al despertar cívico.

En una emotiva postdata, la intelectual añade una referencia simbólica a los trágicos días del incendio en la base de supertanqueros de Matanzas, acompañada de una foto de aquellos momentos de dolor, para ilustrar la situación crítica que vive hoy el país. “Ninguna imagen como esa puede representar lo que vivimos ahora mismo en esta bella isla que es la patria común y que nos necesita. A todos”, concluye.

La publicación de Alina Bárbara López Hernández es un eco de la realidad de muchos cubanos que, asfixiados por la represión y la crisis, buscan un cambio. En medio de un país marcado por el miedo, sus palabras son un recordatorio de que la verdadera transformación comenzará cuando el miedo deje de ser el motor que rige la vida cotidiana en Cuba.

El llamado al fin del miedo y al inicio de una nueva era de conciencia no es solo una reflexión intelectual; es un grito desesperado que resuena en cada rincón de la isla.

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