La Empresa Eléctrica de Camagüey comunicó a la población un drástico ajuste en el suministro de electricidad: los habitantes de la provincia solo contarán con aproximadamente tres horas diarias de servicio eléctrico. Según la empresa, esta medida se debe a la “compleja situación” que enfrenta la generación eléctrica del país y estará sujeta a la disponibilidad de energía en la provincia.
El anuncio provocó una ola de reacciones negativas en las redes sociales, donde los ciudadanos manifestaron su frustración y agotamiento frente a la crisis energética que parece no tener fin.
Reacciones: indignación y desgaste emocional
La falta de un cronograma claro para los apagones fue uno de los principales reclamos de los ciudadanos. Luis C. Landa Peláez criticó que en Camagüey “no hay programación de los cortes de electricidad”, lo que genera una incertidumbre constante en la población. “Están provocando un nivel de estrés insostenible”, señaló, argumentando que otras provincias cuentan con una planificación que les permite sobrellevar mejor la situación.

Otros usuarios, como Elida A. Samada Guerra, expresaron su indignación con las autoridades, acusándolas de permitir el abuso contra la población. “Es una falta de respeto absoluta”, comentó Samada, lamentando que no haya ninguna señal de mejora. El sentimiento de desesperanza y agotamiento emocional es evidente en la mayoría de las respuestas, que coinciden en señalar la falta de soluciones concretas.
Desigualdad en la distribución del servicio
Otra crítica recurrente fue la percepción de una distribución desigual del servicio eléctrico entre provincias. Tania Mesa Peláez preguntó por qué la medida no se aplica de manera uniforme en todo el país. “¿Por qué no lo hacen por igual en todas las provincias?”, cuestionó, reflejando una preocupación compartida por varios usuarios.
Por su parte, Lily Sepúlveda señaló que Camagüey, como cualquier otra provincia, cuenta con hospitales, escuelas y otros servicios esenciales que dependen de la electricidad. “Nos tocó perder”, comentó, expresando su frustración ante lo que considera una falta de consideración hacia la importancia de su provincia.
Una vida paralizada: las consecuencias de los apagones prolongados
El impacto de estas largas horas sin electricidad es devastador para la vida cotidiana en Camagüey. Odalys Sosa describió un panorama sombrío en el que la provincia parece destinada a paralizarse. “Sin electricidad no se podrá trabajar y todo se paralizará”, advirtió, criticando la desconexión entre la realidad que viven los camagüeyanos y la imagen que presentan los medios de comunicación estatales.
Lis Liam Pablo Abreu Nápoles también se refirió a los efectos adversos sobre los niños y la alimentación. Comentó cómo la leche se echa a perder y los alimentos se deterioran sin refrigeración adecuada. “Con 2 o 3 horas de corriente no se puede vivir”, afirmó contundentemente.
Exigencias de una planificación y solución justa
La población exige una solución más equitativa y sostenible. Elena Morell Montero lamentó que Camagüey sea una de las pocas provincias sin una programación establecida de apagones, y Yunior Olivera sugirió que la planificación debería aplicarse a nivel nacional y no solo en su provincia.
Las quejas reflejan el cansancio acumulado de una población que ha aprendido a convivir con los apagones, pero que ahora enfrenta un nuevo nivel de precariedad. Con solo tres horas de electricidad al día, los camagüeyanos se sienten desamparados y buscan respuestas más allá de los comunicados que no logran ofrecer esperanza.
La decisión de limitar el servicio eléctrico a solo tres horas diarias en Camagüey ha generado un fuerte rechazo entre los habitantes de la provincia. A medida que las dificultades económicas y energéticas se intensifican, la población exige una planificación más justa y soluciones que permitan una vida digna. Las voces de los camagüeyanos reflejan el descontento generalizado y el agotamiento ante una crisis que parece lejos de resolverse.







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