En el municipio de Sagua la Grande, en la provincia de Villa Clara, los habitantes enfrentan una crisis hídrica que ya supera los tres meses. Ante la falta total de suministro de agua potable, la población se ha visto forzada a improvisar soluciones desesperadas para cubrir sus necesidades básicas.

En esta comunidad, muchas familias han comenzado a recolectar agua de lluvia como una medida paliativa. Aunque no la utilizan para consumo humano, este recurso les permite realizar tareas esenciales como limpiar, descargar los baños y, en algunos casos, hasta bañarse. Con ingeniosos métodos caseros, algunos vecinos han dispuesto recipientes, ollas y tanques para capturar cada gota de lluvia que cae, conscientes de que la próxima vez que llueva podría ser la única oportunidad para llenar sus depósitos.

El sistema de recolección es rudimentario, pero efectivo. Como se puede observar en la imagen adjunta, una cazuela colocada bajo una canaleta improvisada recolecta lentamente el agua de lluvia, la cual luego se transfiere a un tanque mayor para su almacenamiento. Este ciclo se repite en cada ocasión que el clima lo permite, representando una forma precaria pero esencial para enfrentar la escasez de agua.

Los vecinos han manifestado su frustración ante la situación, destacando que llevan al menos tres meses sin recibir agua por las vías habituales. “Es una vergüenza que en pleno siglo XXI tengamos que depender de la lluvia para poder hacer nuestras necesidades básicas. Ya no sabemos a quién recurrir”, comentó un residente de la zona, visiblemente agotado por la situación.

El problema no solo radica en la falta de agua, sino en la incertidumbre de no saber cuándo el servicio será restablecido. Las autoridades locales han ofrecido pocas respuestas claras, lo que aumenta la desesperación de los habitantes, quienes se ven cada vez más afectados por las condiciones insalubres que esta crisis genera.

Mientras tanto, las soluciones improvisadas continúan siendo el único respiro para estas familias. En medio de la crisis, la resiliencia y la solidaridad entre los vecinos se ha convertido en el motor que les permite seguir adelante, esperando que pronto se tomen medidas concretas para solucionar el problema.

La situación en Sagua la Grande es un reflejo de la falta de infraestructura y planificación adecuada en muchas regiones del país, donde las fallas en los servicios básicos siguen siendo una constante que afecta directamente la calidad de vida de sus habitantes.

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