Guantánamo, otrora conocida como una de las ciudades más limpias de Cuba, se enfrenta a una alarmante crisis en cuanto a la gestión de desechos y limpieza urbana. Lo que alguna vez fue un símbolo de orgullo local, hoy se ha transformado en un panorama deprimente que refleja la ineficiencia y el abandono de las autoridades locales.

La calle Aguilera, entre Los Maceo y Moncada, ofrece un ejemplo claro de esta situación. Pila de basura, acumulada por días sin ser recogida, se extiende por la vía pública. Esta situación no es un hecho aislado, ya que varias zonas de la provincia presentan el mismo panorama. La basura no solo invade las aceras, sino que llega a cubrir parte de las calles, mezclándose con aguas albañales, generando un ambiente insalubre y de riesgo para la salud de los habitantes.

El parque central de Guantánamo también se ha visto afectado. Una vez lugar de encuentro para los ciudadanos, hoy está prácticamente inhabilitado debido a la acumulación de excrementos de pájaros. El descuido es tan grave que la población ha dejado de utilizar este espacio para el descanso y el esparcimiento, evitando sentarse en los bancos cubiertos de residuos.

Los vecinos de la zona han levantado su voz en quejas constantes, señalando que las autoridades no ofrecen soluciones a la altura de la gravedad de la situación. A pesar de los esfuerzos de los residentes por mantener limpios algunos espacios, el problema parece haber sobrepasado las capacidades del gobierno local.

La basura, junto con las aguas albañales que fluyen sin control, no solo afectan la imagen de la ciudad, sino que también ponen en peligro la salud pública. En tiempos donde se requiere una mayor conciencia en cuanto a la higiene y el manejo de residuos, la falta de acción gubernamental deja a la población en un estado de vulnerabilidad.

Guantánamo, que en su momento fue una ciudad ejemplar en cuanto a la limpieza, hoy muestra el deterioro de un sistema que parece haber olvidado la importancia del bienestar común. La situación exige una respuesta inmediata para devolverle a la ciudad su dignidad y asegurar un entorno saludable para sus habitantes.