Los residentes de la calle 304 entre 1ra B y 3ra han vivido años de desesperación e impotencia frente a una problemática que las autoridades parecen ignorar: la inundación constante de su barrio. Las imágenes tomadas por los vecinos muestran una vía completamente anegada, con aguas estancadas y verdes, reflejo de la falta de mantenimiento en los sistemas de alcantarillado y drenaje.

«Ya llevamos años con esta situación», comenta uno de los residentes que prefirió mantenerse en el anonimato por temor a represalias. «Cada vez que llueve, las aguas no se drenan y nos quedamos atrapados. Es como vivir en un pantano».

Este problema no solo afecta la movilidad, sino que representa un riesgo grave para la salud de los habitantes. Las aguas estancadas son un caldo de cultivo ideal para mosquitos y otros vectores de enfermedades como el dengue, que ya ha tenido brotes recientes en la capital cubana. Sin mencionar el mal olor y las dificultades que enfrentan los residentes al intentar entrar o salir de sus hogares.

Santa Fe, a pesar de ser una zona costera con potencial turístico, ha sido relegada a un segundo plano por las autoridades locales. Los vecinos aseguran que han presentado múltiples quejas a las entidades municipales, pero hasta el momento no han recibido respuestas concretas. «Siempre nos dicen que lo van a arreglar, pero nada cambia», continúa el residente. «Es como si no les importáramos».

Este tipo de problemas son sintomáticos de un deterioro más amplio en las infraestructuras públicas de muchas localidades de La Habana. Mientras el gobierno invierte recursos en zonas más visibles para turistas o proyectos emblemáticos, barrios como Santa Fe quedan olvidados, con sus habitantes atrapados en un ciclo de abandono y desesperación.

La solución, según expertos, no es simplemente desaguar las calles en momentos de crisis, sino abordar el problema de raíz: una revisión completa del sistema de drenaje que permita evitar el estancamiento de las aguas. «No es un problema aislado, es un fallo estructural», afirma un ingeniero civil consultado. «Es necesario que las autoridades locales prioricen proyectos de infraestructura que garanticen condiciones mínimas de salubridad y seguridad para la población».

Hasta el momento, los vecinos de Santa Fe solo pueden esperar que, algún día, las promesas de las autoridades locales se materialicen en acciones concretas. Mientras tanto, seguirán viviendo entre aguas estancadas, mosquitos y una creciente desesperanza.

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