La ministra de comercio interior de Cuba anunció nuevamente RECORTES en la entrega de leche el polvo para niños menores de 7 años.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) refiere:
«La leche proporciona nutrientes esenciales y es una fuente importante de energía alimentaria, proteínas de alta calidad y grasas. La leche puede contribuir considerablemente a la ingestión necesaria de nutrientes como el calcio, magnesio, selenio, riboflavina, vitamina B12 y ácido pantoténico, es esencial para el crecimiento y desarrollo de los niños».
En Cuba, desde hace varias décadas, el acceso de los niños a la leche se ha comportado por debajo de los mínimos requeridos constantemente.
En junio de 2021 la leche en polvo de distribución normada para niños de 0 a 7 años correspondiente al menos a ese mes, que se vendieron en varios municipios de la capital cubana, tenía una apariencia y una consistencia que varias madres habaneras calificaron de «dudosa».
Los problemas señalados no son nuevos, los baches en la distribución son recurrentes ya en febrero del año 2020 se tuvieron reportes que mostraban la incapacidad del Estado cubano para garantizar la leche incluso a embarazadas y enfermos cuya dieta médica la incluye.
Los primeros lotes de leche en polvo de Bielorrusia partieron hacia Cuba, como parte de los acuerdos alcanzados en julio 2023 a través de los cuales La Habana adquiriría ese alimento para su distribución por medio de la libreta de racionamiento para niños cubanos de cero a seis años (25 sept 2023) según dijo Siarhei Bartosh, ministro de Agricultura y Alimentación de la nación europea, los primeros lotes de leche en polvo partían hacia la Isla, según el medio local Reforma, que no mencionó la cantidad exportada.
Lo que está pasando realmente dentro del secretismo y la improvisación del desgobierno de Cuba es lo siguiente:
1.Cuba no tiene como producirla localmente por déficit de materias primas y grandes problemas organizativos en la pasteurizadoras, por esa razón, La Habana se ve obligada a importar leche en polvo de diversos mercados, entre ellos EEUU, para intentar «cumplir» con las entregas a los niños cubanos a través de la libreta de racionamiento, pero tiene deudas vigentes por concepto de incumplimiento de pagos y pierde cada día más proveedores.
2. La única fábrica de leche en polvo cubana localizada en la provincia de Camagüey con un costo de inversión que superó los 20 millones en moneda total y con un diseño conseguido para el logro de una producción de 2.350 toneladas (t) anuales, a partir de los excedentes de leche fluida. A los dos años de su puesta en marcha, la fábrica debía alcanzar su capacidad máxima de procesamiento de 60 mil litros de leche fresca diarios y nada de eso ha sucedido.
3. La dependencia de las importaciones de esta mercancía ubica a la Isla en el segundo lugar en América Latina y el Caribe y sabiendo esto el desgobierno de Cuba incumple en los pagos a proveedores.
4. Hace ya una década y un poquito más, en los comienzos del 2012, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) respaldó el financiamiento de la única fábrica de leche en polvo que existe en Cuba. Se ubicó en la provincia de Camagüey por ser este el territorio líder en materia de ganadería vacuna en la Isla,sin embargo la intermitencia productiva de la misma ha sido una constante.
5. La fábrica camagüeyana fue pensada para mantenerse activa hasta nueve meses por año; en lo fundamentalmente durante el período de mayor producción de leche líquida que coincide con la época lluviosa en la Isla y eso no se ha logrado nunca desde su inauguración.
6. Con tecnología 95 % china y 5 % italiana, la planta se previó para ahorrar al país cerca de 8 millones 500 mil dólares por concepto de compra en el exterior del alimento. Además, debía permitir la creación de una reserva del producto y contribuir a disminuir de forma gradual el monto de las importaciones anuales, pero la sustitución de piezas y el mantenimiento ha sido otro problema por contrataciones indebidas y la intromisión de inexpertos incluso cubanos en el mantenimiento que debió ser contratado con chinos o Italianos y no ocurrió.
7. La fecha inicial fijada para su puesta en funcionamiento fue a mediados de 2013, pero no se logró. Alexis Bejerano Castillo, director de inversiones en la planta, declaró a Trabajadores en aquel momento que desde el inicio hubo problemas con la elaboración de los proyectos que a su vez trajeron dificultades en la inversión. A esto se sumó la llegada tardía de suministros y la calidad de la fuerza de trabajo y como siempre la improvisación castrocomunista.
8. En fin todo empezó mal desde el inicio del cronograma de construcción, el que se pospuso primero para enero y luego para abril de 2014. Vencidos también sin éxito estos plazos de terminación, la planta se declaró en la etapa final de construcción civil y montaje tecnológico, y lista para comenzar la fase de pruebas en agosto 2014 e iniciar la producción en septiembre de ese año, sin alcanzar jamás hasta la fecha sus metas y eficiencia productiva
9. Inaugurada por fin, después de sortear todas las deficiencias e improvisaciones del proceso inversionista, cuando estuvo lista la industria, el abastecimiento desde las vaquerías, la materia prima imprescindible fue muy inferior a lo previsto, en volumen y en calidad.
10. Un año después de su arrancada en 2015, Yoel Marcillí, jefe de Producción de la planta, explicaba que se habían “hecho solo algunas producciones de prueba”, pero se esperaba “por la indicación del país para comenzar a trabajar”. Mientras, un ganadero camagüeyano lo expresaba en otros términos y sentenciaba lo que vemos hoy: “¿La fábrica de leche en polvo?, ¿a quién se le ocurre construir una cosa así sin tener garantizada la materia prima? ¡Y era a nosotros a quienes debían habernos preguntado si podíamos entregarla, eso nunca funcionará!”
11. Marcada desde su misma puesta en marcha por una sistemática inestabilidad, con largos períodos de inacción; en 2018, la fábrica logró una producción de solo 133.8 toneladas, que se destinaron al turismo. Fue este un año en que el territorio agramontino logró 90 millones de litros de leche entregados a la industria, monto que no se alcanzaba desde el lejano 1990, pero eso no ha vuelto a ocurrir.
12. Para 2020, la industria planificó 500 t del producto en polvo, pero desde su anuncio se previeron como una “cifra política algo difícil de alcanzar”, debido a los atrasos en la entrega de leche fluida que a su vez era resultado de la sequía que afectó la región y la falta de previsión de lo que sucedería. En ese año, el acopio de leche fluida ni llegó a rozar los planes previstos por las causas citadas, además del mal manejo de los rebaños y el déficit de combustible, según explicaba entonces Reinaldo Martínez González, especialista ganadero de la delegación provincial del Ministerio de la Agricultura allí.
13. Algo muy importante jamás previsto y tomado en cuenta por el gobierno de Cuba es: De acuerdo con estándares internacionales, se asume que el rendimiento de la leche entera fluida, cuando se produce leche en polvo, es del 10 %. Para producir un kilogramo de leche en polvo se necesitan entre 10 y 11 litros de leche fluida, en dependencia de la concentración de los sólidos presentes. Para producir una tonelada de leche en polvo se requieren hasta 10.000 litros, y entonces con que pretenden satisfacer las necesidades si ignoran las evidencias.
14. Sin leche fluida abundante y de óptima calidad no puede elaborarse leche en polvo. Para que pueda destinarse leche líquida a la elaboración de su modalidad en polvo debe existir suficiente producción como para satisfacer la demanda de leche fluida y poder además abastecer la industria. Y el acopio de leche es una asignatura pendiente de la agricultura cubana y eso no ocurre hace ya muchos años en Cuba.
15. De acuerdo con cálculos oficiales, ya difíciles también de creer, Cuba requiere una producción anual de 1.000 millones de litros para satisfacer toda la demanda interna. En 2014, año en que estuvo lista la fábrica camagüeyana, la producción de leche en la Isla solo alcanzó los 497,1 millones de litros, según la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), una cifra que no rozó ni la mitad de lo que se precisa. El año pasado fue incluso muy inferior, solo llegó a los 276.2 millones menos de la mitad que en 2014.
16. La lejana fecha de 1989 fue el último año en el que se registró como cubierta la demanda de leche líquida en Cuba. Las insuficiencias productivas obligan a invertir más de 180 millones de dólares anuales para adquirir leche líquida, de los 2.000 millones de dólares que debía invertir el Estado cubano a la importación de alimentos, pero eso no ocurre, la mayor inversión se destina a la construcción de hoteles y a surtirlos de todo tipo de alimentos e insumos para los turistas.
17. Desde 2015 hasta el cierre de 2023, las circunstancias relacionadas con el déficit productivo de leche fluida se han mantenido. Según datos ofrecidos por el economista cubano Pedro Monreal, la producción de leche fresca registró en 2020 el tercer nivel más bajo en tres décadas. Entre 2016 y 2020 se redujo un 25,7% y continuó cayendo hasta 2023. Entre enero y septiembre de 2021 r egistró un 23% menos que en el periodo comparable de 2020. En el 2023 decreció aún más hasta el 18%.
18. En los últimos tiempos las medidas gubernamentales encaminadas a paliar esta tendencia negativa no han tenido éxito. La más reciente, de noviembre pasado, fue el aumento del precio hasta un máximo de 20 pesos por litro de leche a productores y los mismos siguen entonces desestimando las entregas al gobierno.
19. No se avizora el fin de la carencia. Además de importar leche fluida, la casi la totalidad de la leche en polvo que se consume en Cuba se importa con incumplimiento de pagos a proveedores. De acuerdo con datos ofrecidos por la ONEI, la importación de este rubro se mantuvo, entre 2017 y 2020, en el orden de las 57.000 t en el primer año y 45.000 t el último, por valores de $173.515 USD y $154.245 USD, respectivamente, también esa importación ha disminuido en 2023 por razones ya explicadas aquí. Cuba ni la produce, ni la importa.
20. Las causas esenciales de las actuales dificultades con el suministro, según discretamente y sin profundizar afirma la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, son la disponibilidad de financiamiento y buques; el «bloqueo» de Estados Unidos; y los tiempos de travesía desde los distantes lugares de importación. Sin embargo, EEUU autorizó más de 8000 millones de dólares en exportaciones a Cuba de los cuales la el desgobierno de la isla solo utilizo 839.500, apenas el 0.01 %.
21. Nueva Zelanda y Uruguay aparecen también como principales proveedores de este alimento a la Isla. En 2020, nada menos que el 84 % de la cuota del mercado cubano fue cubierta por estas naciones a las que también le deben pagos.
22. En un contexto de disminución de las importaciones de leche en polvo, si la fábrica de Camagüey pudiese alcanzar y sostener los ritmos productivos para los que fue diseñada (un máximo de hasta 2.350 toneladas en un año), aunque no cubriría toda la demanda nacional, aliviaría una parte que no resulta desdeñable, pero eso difícilmente ocurrirá.







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