En un giro preocupante, la madre de Lucian Roger Alba González, el niño de 2 años que necesita con urgencia un trasplante de hígado, ha sido amenazada tras la publicación en redes sociales que visibilizó su caso. Idelisa Diasniurka Salcedo Verdecia, activista cubana que dio a conocer la situación de Lucian, informó en su perfil de Facebook que la madre del menor fue visitada por la subdirectora del Hospital Infantil de Santa Clara y agentes de la Seguridad del Estado, quienes mostraron una actitud molesta por la difusión del caso.
El mensaje de Salcedo Verdecia es claro y contundente: «Fueron amenazar a la mamá del niño que necesita trasplante de hígado, fue hasta la subdirectora del hospital y la seguridad del estado muy molestos por la publicación». En su publicación, la activista denunció la falta de humanidad de las autoridades implicadas, enfatizando que la única razón por la que la situación de Lucian fue hecha pública es porque su vida está en riesgo y necesita ayuda urgente.
«Si no quieren que denunciemos, hagan lo que toca por salvar la vida de este inocente», subrayó la activista en su post, dejando en evidencia la frustración por la falta de acción efectiva por parte de las autoridades sanitarias. Lucian sigue en una situación crítica, y el retraso en la atención médica adecuada pone en riesgo su vida.
El caso de Lucian ha provocado una ola de solidaridad entre los internautas, quienes se han movilizado para ofrecer ayuda a la familia. Sin embargo, la respuesta de las autoridades, que deberían estar enfocadas en garantizar la salud del niño, ha sido intentar silenciar la denuncia, lo que ha generado mayor indignación.
«Se ve bien claro que este niño enfermo y que necesita un trasplante de hígado no es hijo de ustedes. Recuerden que por los hijos se hace lo que sea. ¡Aprendan a respetar!», concluyó Salcedo Verdecia en su publicación, en un llamado a las autoridades a cumplir con su deber de brindar atención médica oportuna.
Este hecho pone en evidencia la grave crisis en el sistema de salud cubano y cómo las denuncias públicas, lejos de ser atendidas con soluciones, son recibidas con amenazas e intimidaciones. Mientras tanto, la vida de un niño pende de un hilo, y la familia continúa esperando el trasplante que podría salvarlo.







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