Tras casi tres días de detención y desaparición forzada, la líder de Las Damas de Blanco, Berta Soler, fue liberada esta mañana a las 7:45 am desde la Unidad de la Policía Nacional (U/ P) de Aguilera, a manos de los represores de la Seguridad del Estado cubano. Soler, galardonada con el prestigioso Premio Sájarov por su activismo en favor de los derechos humanos, había sido arrestada el pasado domingo 22 de septiembre al salir de la sede del movimiento en Lawton, La Habana, por fuerzas paramilitares bajo órdenes del régimen comunista.
El arresto, que fue ejecutado por represoras paramilitares del Estado, condujo a Berta Soler primero a la U/P de Aguilera y luego a la U/P del Cotorro, donde permaneció en condiciones deplorables. Durante su detención, Soler fue confinada en celdas semi oscuras, sin acceso a agua potable ni a su biblia, una constante en los métodos de intimidación y tortura psicológica empleados por las autoridades cubanas contra los disidentes.
El martes 24 de septiembre, alrededor de las 10 pm, fue nuevamente trasladada a la U/P de Aguilera, para finalmente ser puesta en libertad esta mañana. A pesar de los casi tres días de desaparición, Soler fue liberada sin cargos, sin multas y sin recibir amenazas directas, lo que subraya la arbitrariedad del arresto y la impunidad con la que opera la Seguridad del Estado en Cuba.
Durante todo el tiempo de su detención, Berta Soler estuvo oficialmente «desaparecida». Las autoridades del régimen comunista se negaron a proporcionar información sobre su desfile. Incluso el número de emergencia 106, habilitado por la Policía Nacional, negaba cualquier conocimiento sobre su situación, reflejando el control férreo y la opacidad del sistema represivo cubano.
Este tipo de actos represivos contra líderes como Berta Soler evidencia la persistente violación de los derechos humanos en Cuba y la represión constante contra activistas y opositores al régimen. Las Damas de Blanco, organización que lucha pacíficamente por la liberación de los presos políticos y la democratización del país, ha sido durante años un blanco constante de la represión gubernamental.
La comunidad internacional sigue observando con preocupación el deterioro de los derechos fundamentales en Cuba, mientras activistas como Soler continúan desafiando valientemente al régimen, a pesar de las consecuencias.







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