En la mañana de hoy, la Terminal de Transporte El Lido ha sido escenario de una creciente tensión entre transportistas privados y las autoridades del régimen, debido a una multa impuesta por inspectoras. La medida, que busca regular el trabajo de los transportistas, ha sido interpretada como un esfuerzo por compensar la incapacidad del régimen de garantizar el transporte público eficiente y suficiente para la población.
En un video enviado a la redacción de ClickCuba se muestra a las inspectoras, que patrullan las inmediaciones de la terminal, aplicando sanciones que oscilan hasta los 8,000 pesos cubanos, afectando a los llamados «boteros» y otros conductores de vehículos privados que brindan servicio a los miles de habaneros que dependen de este transporte alternativo para moverse en una ciudad cuyo sistema de transporte estatal sigue colapsado.
«Nos multan por cualquier cosa, ya sea por la supuesta falta de documentación, tarifas que no les gustan o por estacionarnos donde ellos dicen que no es permitido. Esto es una persecución, nosotros tenemos que buscarnos la vida con las piezas del transporte, la gasolina, el aceite, todo está caro y si rebajamos los precios como vamos a pagar los impuestos y todo lo que exigen», expresó un chofer, quien pidió no ser identificado por temor a represalias.
La indignación es palpable entre los transportistas, quienes aseguran que el régimen, en lugar de mejorar el deficiente transporte público, está centrado en reprimir a quienes han asumido la responsabilidad de transportar al pueblo. Según varios afectados, el sistema de transporte estatal no cuenta con la capacidad ni el mantenimiento adecuado para cubrir la creciente demanda, lo que obliga a los cubanos a depender de alternativas privadas para desplazarse dentro de la ciudad.
Uno de los transportistas afectados señaló que esta medida no es nueva, pero ha aumentado su severidad y frecuencia en las últimas semanas. «No tenemos otra opción que seguir trabajando, aunque nos multen. ¿Qué se supone que hagamos, dejar a las personas tiradas en la calle? El Estado no pone transporte, pero a nosotros nos ponen multas. Es una injusticia», manifestó con frustración.
Para muchos, las multas no son solo un ataque directo a los medios de sustento de los transportistas, sino también una señal de la incapacidad del régimen para gestionar el colapso del transporte público. La crisis de movilidad en el país se ha intensificado en los últimos años, con autobuses estatales en condiciones deplorables, falta de combustible, y horarios irregulares. La falta de soluciones reales para los problemas de transporte ha empujado a los ciudadanos a depender de la iniciativa privada, lo que ha dado lugar a esta confrontación entre transportistas y autoridades.
La respuesta del régimen ha sido doble: por un lado, reconocen el problema del transporte, pero por otro, intensifican las medidas de control sobre los transportistas privados. Algunos analistas señalan que estas multas son parte de un esfuerzo del gobierno para mantener el control sobre un sector que, aunque indispensable, se encuentra fuera de la órbita estatal.
Mientras tanto, los transportistas afectados han comenzado a organizarse informalmente para hacer frente a esta situación. Sin embargo, las represalias podrían aumentar, y muchos temen que esto solo sea el comienzo de una escalada de tensiones entre el régimen y quienes suplen la deficiencia del transporte estatal.
En un país donde la movilidad es cada vez más un lujo y no un derecho, las multas a los transportistas en El Lido son un recordatorio de las crecientes dificultades que enfrenta la población para moverse en su día a día y del costo que los ciudadanos deben pagar por la ineficacia del sistema.







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