En las últimas semanas, ha resurgido una vez más el ciclo repetitivo de rumores sobre la supuesta muerte de Raúl Castro. Este patrón, que recuerda a la leyenda de la serpiente marina, se reactiva periódicamente para agitar las redes sociales, los llamados influencers, e incluso a algunos medios de comunicación que antaño habrían desestimado tales especulaciones. Así lo expresa el periodista Wilfredo Cancio Isla en una reciente publicación en su perfil de Facebook, titulada “Raúl Castro: Delirios y Eyecciones Mediáticas”.
Cancio Isla, reconocido por su amplia trayectoria en el periodismo sobre temas cubanos, ha recibido en los últimos días numerosas llamadas y mensajes de colegas, amigos y conocidos, todos con la misma inquietud: confirmar la muerte de Raúl Castro. Su respuesta, con tintes de ironía, es casi la misma de siempre: “Puede ser, las personas viejas regularmente se mueren, sobre todo si sobrepasan los 93 años, pero hasta ahora no hay nada oficialmente confirmado”.
El periodista recuerda cómo este fenómeno ya ocurrió en varias ocasiones con Fidel Castro, quien fue objeto de múltiples «muertes» anunciadas antes de su deceso real. En tiempos de rigor periodístico, explica Cancio Isla, cuando las redes sociales aún no dominaban la escena y la validación de la información era la regla, los rumores no se difundían hasta ser confirmados. Sin embargo, señala con preocupación que la degeneración de los estándares periodísticos ha transformado este proceso en una «industria noticiosa» dependiente del impacto inmediato y los «likes» en redes sociales.
El periodista se muestra categórico: la noticia de la muerte de Raúl Castro, cuando suceda, será anunciada de forma oficial, tal como ocurrió con la enfermedad y fallecimiento de su hermano Fidel. No obstante, lamenta el estado actual del periodismo que, bajo la presión de los ecos mediáticos y las exigencias de la inmediatez, ha perdido en muchos casos la capacidad de discernir entre rumor y noticia.
Cancio Isla no se sorprende de que este ciclo de rumores se repita, y para subrayar la repetición de estos eventos, decide republicar un artículo que escribió hace 14 años en Café Fuerte, el cual, según él, sigue teniendo «lamentablemente una invariable vigencia». El mensaje de fondo es claro: la paciencia y el rigor periodístico deben prevalecer sobre el sensacionalismo en tiempos de incertidumbre.
Este tipo de reflexión crítica no sólo pone en evidencia los desafíos actuales del periodismo, sino que invita a los profesionales del gremio y a los consumidores de noticias a cuestionar la veracidad y el origen de la información antes de compartirla o darla por cierta.







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