La familia Payá y la Fundación para la Democracia Panamericana (FDP) han levantado la voz, uniéndose a José J. Basulto, Sylvia G. Iriondo y Arnaldo Iglesias, en una contundente solicitud al Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony J. Blinken, y al Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas. El motivo: la visa humanitaria otorgada al Teniente Coronel cubano Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, quien es señalado como una figura clave en los trágicos sucesos de 1996, que costaron la vida a cuatro pilotos de Hermanos al Rescate, entre ellos ciudadanos estadounidenses.
La solicitud, presentada formalmente por estas organizaciones y figuras públicas, demanda una investigación exhaustiva sobre el proceso que permitió que González-Pardo, un reconocido represor vinculado a crímenes de lesa humanidad, ingresara a los Estados Unidos. “Es inconcebible que se otorgue visa a individuos como este a los Estados Unidos”, declaró Rosa María Payá, hija del disidente cubano Oswaldo Payá y una de las principales voces en la lucha por los derechos humanos en Cuba. “El régimen cubano sigue siendo una amenaza para la seguridad nacional, enviando espías a infiltrarse en EE.UU. y reclutando a ciudadanos estadounidenses en los más altos niveles del gobierno”.
La referencia de Payá al “caso del embajador Rocha”, a quien calificó de “traidor y espía”, resalta la gravedad de la denuncia. Según se informa, Rocha, recientemente condenado por espionaje, habría facilitado la infiltración cubana en el gobierno estadounidense, lo que pone en tela de juicio la seguridad nacional del país.
La controversia por la visa de González-Pardo también ha generado solidaridad con los sobrevivientes y las familias de los pilotos asesinados en el incidente de 1996, donde aviones civiles de Hermanos al Rescate fueron brutalmente derribados por el gobierno cubano. La FDP y la familia Payá subrayan que la entrada de González-Pardo a los EE.UU. es un acto de impunidad que no puede tolerarse. “Es inaceptable que un represor conocido, responsable de crímenes contra ciudadanos estadounidenses y cubanos, reciba el privilegio de entrar a los EE.UU.”, insistieron.
Este llamado a la acción busca no solo una revisión del caso de González-Pardo, sino también enviar un mensaje claro al gobierno de EE.UU. sobre la necesidad de defender los derechos humanos y rechazar cualquier concesión que favorezca a aquellos responsables de atrocidades. Las organizaciones y activistas detrás de esta petición esperan una respuesta firme por parte de las autoridades estadounidenses y subrayan que la justicia para las víctimas de Hermanos al Rescate aún está pendiente.
La familia Payá y sus aliados continúan luchando por una Cuba libre y por el respeto a los derechos humanos, no solo en la isla sino en cualquier lugar donde se intente normalizar la impunidad.







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