El activista cubano Ghabriel Pérez ha lanzado un llamado público a través de su cuenta de Facebook, titulado “Ayuno contra el vandalismo y la oscuridad”. En su mensaje, denuncia el reciente vandalismo sufrido en su hogar y reflexiona sobre el estado actual de la isla. Con espiritualidad y determinación, invita a una acción pacífica pero decisiva: un ayuno de nueve horas como símbolo de resistencia ante la violencia, el caos y la desolación que afectan a la nación.

Pérez relata el violento suceso que ocurrió hace una semana, cuando su casa fue ocupada por extraños que rompieron rejas y candados. A pesar de sus múltiples intentos de buscar ayuda en la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), aún no ha encontrado una solución. Este hecho, que refleja la creciente inseguridad en el país, lo ha motivado a iniciar un ayuno espiritual como respuesta al problema del vandalismo y la oscuridad social que envuelven a Cuba.

Un país en sombras

En su publicación, Pérez no solo se enfoca en el incidente personal. Utiliza esta experiencia para ilustrar el deterioro generalizado que, según él, afecta a toda la sociedad cubana. Describe una realidad marcada por la violencia, el hambre y la falta de medicamentos, donde la vida cotidiana se ha vuelto un desafío constante. La desesperanza, señala, se siente en cada conversación y en cada rincón de la isla.

Además, denuncia las condiciones precarias de la población, agravadas por los apagones que dificultan incluso la preparación de alimentos básicos. “Mueren personas por la falta de medicamentos. Se dificulta cada vez más el acceso a la atención hospitalaria”, expresa con preocupación, señalando la inacción del gobierno ante estos problemas urgentes.

Un llamado a la reflexión y la acción

El mensaje de Pérez va más allá de la denuncia. Al igual que en su ayuno de 2021, hace un llamado a la acción pacífica, invitando a quienes creen en el poder de la oración y los buenos propósitos a unirse a su ayuno. Para él, este es un paso hacia una transformación espiritual y cívica, una lucha contra el miedo que, según dice, paraliza a la sociedad cubana.

“Aprendamos a perderle el terror al miedo que paraliza nuestros actos, que nos convierte en autómatas”, reflexiona, exhortando a la población a hablar sin temor y a demandar una vida digna en su propio país. También subraya la importancia de la solidaridad, un valor que cree se ha perdido en la Cuba actual.

Esperanza en la oscuridad

A pesar de la crítica situación que describe, Pérez concluye con un mensaje de esperanza. Sueña con una Cuba donde las futuras generaciones puedan crecer en paz y seguridad, y donde el miedo no dicte las decisiones de la sociedad. Su invitación es tanto espiritual como práctica: que los cubanos, ya sea que permanezcan o emigren, mantengan un vínculo profundo con su patria y luchen por un futuro mejor.

En una nación donde el miedo a hablar es una constante, el Ayuno contra el vandalismo y la oscuridad se convierte en una llamada valiente a la acción y la reflexión. La fe de Pérez en la oración y la acción cívica busca ser un faro de esperanza para una Cuba más justa y luminosa.

Deja un comentario

Suscribirse

Tendencias