El Padre Alberto Reyes Pías, sacerdote católico en Cuba, ha compartido una profunda reflexión en su perfil de Facebook titulada “He estado pensando… (LXXXIV)”. En su escrito, invita a sus lectores a detenerse y pensar antes de tomar decisiones, subrayando que nuestras respuestas y acciones moldean nuestras vidas y, en el contexto cubano, también pueden influir en el futuro del país.
Reyes parte de una enseñanza que recibió de un profesor: la importancia de parar, pensar y luego actuar, extendiendo esta idea más allá de los exámenes académicos a las decisiones cotidianas y políticas. “Muchos dentro de la isla deseamos un cambio del sistema político y social en el que vivimos”, señala, añadiendo que este cambio depende de las respuestas de cada ciudadano.
En su mensaje, el sacerdote hace un llamado a la honestidad ciudadana y a rechazar la complicidad con un sistema que, según él, oprime a la sociedad. Sugiere que al no asistir a las manifestaciones y marchas del gobierno, y al enseñar a las nuevas generaciones a defender lo justo, se puede contribuir a una Cuba más honesta y libre. “Si decidimos quedarnos en casa, desafiando las amenazas… estaremos manifestando nuestra voluntad desde el silencio”, dice Reyes, promoviendo una resistencia pacífica.
Asimismo, su exhortación se dirige a diversas esferas de la sociedad cubana: desde el sistema judicial, los negocios privados, hasta las fuerzas militares. Llama a todos a actuar desde la verdad y la justicia, defendiendo los derechos de los ciudadanos, con la firme convicción de que así se contribuirá a un sistema más justo y democrático.
El Padre Reyes también apela a la comunidad de creyentes, recordando que la fe no se debe limitar a la oración y la caridad, sino que debe involucrarse en la lucha por la verdad y la justicia.
Finalmente, el sacerdote concluye con una reflexión esperanzadora, instando a los cubanos a construir juntos un país basado en la libertad, la justicia y la verdad, subrayando que solo así “todos estaremos mejor”.
Este llamado a la reflexión y acción se enmarca en un contexto donde muchos cubanos, tanto dentro como fuera de la isla, anhelan un cambio profundo. Las palabras del Padre Reyes resuenan como una invitación a que cada uno contribuya a ese cambio desde su propia trinchera, con la esperanza de una Cuba más justa y próspera.







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