La actriz cubana Maykel Amelia Reyes, conocida por su carisma y talento en la pantalla, ha causado revuelo en las redes sociales tras publicar en su perfil de Facebook un mensaje lleno de optimismo y esperanza, donde reivindica el derecho de todos a vivir una vida de “abundancia, salud y armonía”. Con frases como “Sé que tengo todo el derecho a ser abundante, perfectamente saludable y a vivir en armonía, el mismo derecho de nacimiento que tienes tú”, la actriz envió un mensaje que podría interpretarse como una manifestación de libertad personal, casi como una declaración de principios universales.
Sin embargo, este mensaje, publicado desde Madrid, contrasta fuertemente con la cruda realidad que viven sus compatriotas en Cuba. Mientras Maykel Amelia habla desde un lugar de libertad en el extranjero, en la isla, más de mil presos políticos languidecen tras las rejas, entre ellos, más de cien mujeres. Estas personas, privadas de su derecho a la libertad de expresión y manifestación, han sido encarceladas bajo un régimen que ha intensificado la represión contra todo aquel que se atreve a levantar la voz contra las injusticias del gobierno.
El contraste es doloroso. Mientras Maykel Amelia proclama que todos tenemos el derecho de vivir en abundancia y en armonía, en Cuba ese derecho no solo es negado, sino que quienes osan reclamarlo se enfrentan a la persecución, encarcelamiento, y en muchos casos, a tratos inhumanos. El régimen cubano no ofrece espacio para la disidencia, y las prisiones están llenas de hombres y mujeres cuyo único crimen ha sido exigir las mismas libertades que Maykel Amelia describe en su mensaje.
El derecho a la salud, por ejemplo, que la actriz menciona en su publicación, es una ironía en un país donde el sistema de salud, una vez alabado por el régimen como un símbolo de éxito revolucionario, está ahora colapsado. Los hospitales carecen de suministros básicos, las farmacias están vacías y el pueblo cubano sufre de una falta crónica de atención médica adecuada. Las promesas de una vida en “armonía” parecen un espejismo cuando muchos cubanos se ven obligados a enfrentarse diariamente a la escasez de alimentos, medicamentos y derechos humanos fundamentales.
El mensaje de la actriz, aunque lleno de buenas intenciones, ignora la situación de aquellos que no tienen el privilegio de expresarse libremente. Desde su cómoda posición fuera de Cuba, resulta fácil hablar de abundancia y amor, pero dentro de las fronteras de la isla, la realidad es diametralmente opuesta. Las mujeres encarceladas por razones políticas, muchas de ellas madres y profesionales, no están viviendo en abundancia ni en armonía. Están sobreviviendo en condiciones degradantes, víctimas de un sistema que se niega a reconocer sus derechos más básicos.
Esta disonancia entre el discurso positivo de los cubanos en el exilio y la represión sistemática que se vive en la isla no puede ser ignorada. Es importante recordar que mientras unos disfrutan de la libertad para expresarse y vivir como desean, miles de cubanos siguen sufriendo bajo un régimen que niega incluso las más elementales libertades. Las palabras de Maykel Amelia, aunque bien intencionadas, no pueden borrar la realidad de un pueblo que sigue luchando por la libertad que ella ahora disfruta.
Es hora de que aquellos con plataformas internacionales, como Maykel Amelia, utilicen su influencia no solo para enviar mensajes de amor y esperanza, sino también para visibilizar la crisis de derechos humanos que atraviesa su país natal. Porque mientras siga habiendo presos políticos, mientras continúe la censura, y mientras el pueblo cubano siga enfrentándose a la represión, el derecho a la abundancia y a la armonía será solo un privilegio para unos pocos, no un derecho de nacimiento para todos.
Cuba clama por libertad.







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