El activista cubano y prisionero político Félix Navarro Rodríguez, líder del movimiento de resistencia interna en Cuba, ha vuelto a alzar su voz desde las celdas del infame penal de Agüica en la provincia de Matanzas. En una carta escrita el 28 de agosto de 2024, Navarro denuncia los maltratos y las vejaciones cometidas por las autoridades penitenciarias, revelando la cruda realidad que viven los presos en las cárceles cubanas.

Navarro comienza su misiva señalando el carácter inmutable y represivo de la prisión de Agüica, a la que describe como un “ergástulo comunista” que no cambia. En particular, denuncia la violencia del teniente coronel Emilio Cruz Rodríguez, a quien identifica como el «dueño» de la prisión. Cruz Rodríguez, según Navarro, había agredido previamente a otro preso político, Juan Carlos Garrote Molina, el 4 de junio de 2024, un hecho que Navarro ya había denunciado en visitas anteriores. Sin embargo, la carta revela un nuevo y alarmante caso de abuso que tuvo lugar el 21 de agosto de 2024.
En este último incidente, el teniente coronel René Tolón Medina, segundo al mando en la prisión, golpeó brutalmente al prisionero Miguel García Domínguez. Navarro detalla cómo, tras ser agredido, García Domínguez fue trasladado del destacamento 5 al área del Vivac, donde fue esposado a la reja de su celda durante toda la noche. Este trato inhumano continuó hasta el amanecer, cuando otros presos que descendían del pabellón conyugal presenciaron el estado de García Domínguez, aún esposado y visiblemente maltratado.
La carta de Navarro también refleja su profundo escepticismo hacia las autoridades judiciales cubanas. A pesar de haber denunciado estos abusos en reiteradas ocasiones, la Fiscalía Militar Provincial y el G-2 (los órganos de inteligencia del régimen) han hecho caso omiso de sus quejas. Navarro expresa con amargura que estos órganos están al tanto de los crímenes, pero los encubren, lo que refleja la impunidad sistemática con la que actúan los responsables de las torturas y maltratos en el sistema penitenciario cubano.
Navarro cierra su carta con una firma contundente y un llamado que resuena en la conciencia de quienes luchan por la libertad en Cuba: «Patria y Vida», el lema de resistencia contra la opresión del régimen. Este grito de lucha, que simboliza la esperanza de un futuro libre para el pueblo cubano, contrasta con el sombrío panorama que describe la misiva.
El testimonio de Félix Navarro Rodríguez es un recordatorio urgente de la represión continua que sufren los presos políticos en Cuba. Su valentía para denunciar estos crímenes, aún desde el aislamiento y las condiciones inhumanas de la prisión, es una muestra del espíritu inquebrantable de aquellos que luchan por la libertad en la isla. Frente a la indiferencia de las autoridades, su voz sigue siendo un faro de esperanza para todos los que creen en una Cuba libre y democrática.
Las palabras de Navarro revelan no solo la brutalidad cotidiana en las cárceles cubanas, sino también la desesperanza que se cierne sobre aquellos que son víctimas del sistema opresivo del régimen. A pesar de los abusos, su resistencia moral y su compromiso con la verdad siguen siendo un faro para aquellos que, dentro y fuera de Cuba, continúan abogando por la libertad y los derechos humanos en la isla.
Este llamado a la justicia y la denuncia de la represión no deben caer en el olvido, sino que deben movilizar a la comunidad internacional a actuar para proteger a aquellos que, como Félix Navarro y Miguel García Domínguez, sufren las atrocidades de un régimen implacable. La historia de Navarro es un testimonio de la lucha continua por la dignidad y la libertad en Cuba.
«Patria y Vida» resuena más fuerte que nunca desde las celdas de Agüica.







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