Santiago de Cuba, una ciudad vibrante y llena de historia, enfrenta una realidad sombría que no parece tener fin: el cajero automático situado en el local del correo, a lo largo de la carretera del Morro, se ha convertido en un símbolo de la lucha diaria de sus ciudadanos por conseguir algo tan básico como el efectivo.
Cada amanecer revela una imagen que ya se ha vuelto rutinaria para los residentes de la zona: inmensas colas de personas que esperan pacientemente su turno para sacar dinero del cajero automático. Algunos de estos individuos han pasado la noche en la fila, utilizando cartones y mantas para soportar las incómodas horas de espera, con la esperanza de ser de los primeros en recibir el limitado suministro de billetes que llega al cajero.
La escasez de efectivo: una realidad alarmante
La raíz de esta problemática se encuentra en la escasez crónica de efectivo que afecta no solo a Santiago de Cuba, sino a toda la isla. Los bancos locales no pueden satisfacer la demanda de efectivo, lo que obliga a los usuarios a hacer largas filas y, en muchos casos, a quedarse sin dinero después de horas de espera.
«Es frustrante y humillante tener que dormir en la calle para sacar mi propio dinero», comenta Marisol García, una residente de la ciudad, mientras sostiene su lugar en la fila. «No hay garantías de que, aunque lleguemos temprano, alcancemos a sacar algo de efectivo».
La incertidumbre de los depósitos bancarios
Parte del problema radica en la falta de un horario fijo para los depósitos de efectivo en el cajero. La administración del banco no ha proporcionado información clara ni precisa sobre cuándo se recargará el cajero automático, lo que deja a los usuarios en un limbo de incertidumbre. A menudo, se corre el rumor de que habrá un depósito, y la gente acude en masa con la esperanza de acceder a su dinero, solo para descubrir que no hay fondos disponibles.
«Es como jugar a la lotería», dice Alberto Rodríguez, otro de los afectados. «Un día llegas y el cajero está lleno, al día siguiente puedes esperar toda la mañana y no ver ni un solo billete».
El impacto en la vida cotidiana
La falta de acceso a efectivo está afectando severamente la vida diaria de los santiagueros. Muchos pequeños comercios no tienen los medios para aceptar pagos electrónicos, lo que hace que el dinero en efectivo sea una necesidad crucial para la mayoría de las transacciones. Los jubilados, que dependen de su pensión para sobrevivir, se encuentran entre los más afectados, ya que a menudo carecen de los recursos para pasar horas esperando en la fila.
¿Una solución a la vista?
Hasta el momento, las autoridades locales no han ofrecido una solución clara a este problema que, más allá de la escasez de efectivo, refleja un síntoma de las dificultades económicas más profundas que enfrenta el país. La incertidumbre sobre cuándo se restablecerá un suministro regular de billetes en los cajeros automáticos sigue siendo una preocupación constante para los habitantes de Santiago de Cuba.
Mientras tanto, cada amanecer seguirá revelando esas largas colas de esperanza y frustración a lo largo de la carretera del Morro. Una imagen que, en su crudeza, captura la lucha diaria de una comunidad por acceder a algo tan fundamental como su propio dinero.
El cajero automático del correo en la carretera del Morro se ha convertido en un emblema de la crisis económica que atraviesa Santiago de Cuba. La falta de un suministro constante de efectivo y la ausencia de un horario fijo para los depósitos han llevado a los ciudadanos a un estado de desesperación que se manifiesta en las largas colas diarias. Resolver esta situación es imperativo para aliviar las dificultades de una comunidad que solo busca poder manejar su día a día con un mínimo de dignidad y seguridad.







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