En un valiente acto de desafío contra la represión, Leudis Isaac Romero, un prisionero político cubano, ha escrito una serie de cartas desde su celda en el Combinado del Este, Cuba. Romero, preso desde hace más de 21 años, acusa al gobierno cubano de cometer graves violaciones de derechos humanos, denunciando las injusticias y los abusos sufridos por él y otros prisioneros. Las cartas, escritas con tinta roja y azul sobre papel rayado, revelan un testimonio desgarrador de lo que él llama «arbitrariedades» y «venganzas» del sistema carcelario cubano.

Exigiendo justicia y libertad

En su primera carta, Romero se presenta como un prisionero del «dictador Fidel Castro Ruiz» y exige justicia no solo para sí mismo, sino también para sus compañeros de causa: José Ángel Diez, Lázaro Ávila Siena, Francisco Reyes Rodríguez y Jorge Luis Pérez. Puente. Denuncia que están siendo mantenidos tras las rejas injustamente, aun cuando, según él, ya han pagado por sus supuestos crímenes. Romero califica su encarcelamiento como un acto de «venganza» por parte del gobierno, y con un fervor inquebrantable, clama por «¡libertad ya!».

Denuncia de Abusos y Crímenes

En una carta más extensa, Romero amplía sus acusaciones. Critica abiertamente a la «Revolución Cubana» por cometer abusos y crímenes bajo el pretexto de defender un sistema político desgastado. Menciona ejecuciones injustas y el uso excesivo de la fuerza contra prisioneros. Señala que, en 2003, el régimen ejecutó a tres inocentes por intentar escapar de la dictadura, un acto que describe como una «muerte a la esperanza». Además, denuncia que los prisioneros son sometidos a torturas, malos tratos y condiciones infrahumanas.

Un Llamado al Presidente Designado Díaz-Canel

Romero dirige gran parte de su mensaje al actual presidente designado de Cuba, Miguel Díaz-Canel, cuestionando la continuación de las políticas represivas de sus predecesores. Acusa a Díaz-Canel de defender las mismas ideas que llevaron a la injusticia y las atrocidades cometidas durante el régimen de Castro. Romero le advierte que «la justicia puede ser más peligrosa que el criminal» si se utiliza como una herramienta de represión en lugar de equidad.

Testimonios de Tortura y Negligencia Médica

En otras cartas, Romero describe las brutales golpizas que ha presenciado y sufrido dentro de la prisión. Relata cómo ha visto morir a reclusos por negligencia médica, incluidas víctimas del COVID-19, y señala que las autoridades penitenciarias a menudo ignoran las necesidades de atención médica de los prisioneros. Las celdas, según Romero, son inhumanas, y los prisioneros son esposados ​​de pies y manos durante más de 24 horas en un acto que define como tortura.

Las cartas de Leudis Isaac Romero son un poderoso testimonio de las dificultades enfrentadas por los prisioneros políticos en Cuba. Sus palabras, aunque escritas desde una celda, resuenan con la fuerza de aquellos que no se rinden ante la opresión. Con un llamado final a la libertad y un rechazo a la dictadura, Romero deja claro que su lucha, y la de muchos otros, es por un futuro en el que la justicia y la dignidad humana prevalezcan sobre la represión y el abuso de poder.