La llegada del exjefe del Partido Comunista en Cienfuegos, Manuel Menéndez Castellanos, a Miami ha desatado una ola de indignación entre la comunidad del exilio cubano en Estados Unidos. Descubierto por el periodista Mario J. Pentón a su llegada al Aeropuerto Internacional de Miami este jueves, el exdirigente del régimen castrista se encontraba en proceso de reunificación familiar, lo que ha generado fuertes críticas y cuestionamientos sobre el sistema migratorio estadounidense.

Menéndez Castellanos, quien fungió como Primer Secretario del Partido Comunista en Cienfuegos desde 1993 hasta 2003, llegó a Miami con una actitud desafiante, impidiendo responder preguntas y tratando de impedir que se le grabara. «Yo voy para mi casa», fue lo único que manifestó antes de intentar arrebatar la cámara del periodista que lo confrontaba.

El exdirigente comunista, cuya biografía oficial destaca una larga trayectoria de servicio al régimen cubano, incluyendo su participación en eventos internacionales representando al castrismo, es visto por muchos como un símbolo de la opresión en la isla. La noticia de su llegada ha provocado una mezcla de sorpresa, indignación y dolor entre los exiliados cubanos que han sufrido directamente las políticas represivas que él mismo apoyó.

«En Cienfuegos era un dirigente déspota, como todos ellos. Nunca se desvinculó del poder», comentó Joaquín Zardón, un exresidente de Cienfuegos. «Robó muchísimo, como todos los dirigentes, y al final siguió teniendo buenos contactos en la cúpula». La indignación de Zardón es compartida por muchos en la comunidad, que ven en la llegada de Menéndez Castellanos una traición a la memoria de las víctimas del régimen cubano.

Elisa Guerra, una cubana que se encontraba en el aeropuerto esperando a sus familiares, expresó su profunda decepción al presenciar la escena. «¿Cómo es posible que estos dirigentes que han destruido Cuba y dejado ese país en la más absoluta miseria puedan llegar a Estados Unidos y vivir su retiro aquí como si nada? ¿Quién permite esto?», se preguntó visiblemente afectado.

La reacción política no se hizo esperar. El congresista cubanoamericano de Florida, Mario Díaz-Balart, criticó duramente al gobierno de Joe Biden por permitir la entrada de personas con un historial tan controvertido. «¿Qué excusa pueden dar el presidente Biden y la vicepresidenta Harris que mientras mantienen a las familias cubanas divididas en este limbo legal, otorgan visas a todos los verdugos y matones del régimen de Castro?», escribió Díaz-Balart en su cuenta de X , sumándose a las voces que exigen una revisión del proceso migratorio.

Este episodio es solo el último de una serie de casos que han levantado sospechas y críticas sobre cómo Estados Unidos maneja la entrada de exdirectores cubanos. En junio pasado, se negó la entrada a Liván Fuentes Álvarez, expresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular de la Isla de la Juventud, mientras que otros exfuncionarios han logrado instalarse en territorio estadounidense.

La llegada de Menéndez Castellanos a Miami ocurre en un momento en que la crisis en Cuba se intensifica, con una represión política creciente y una emigración masiva que ha llevado a más de 700.000 cubanos a buscar refugio en la frontera sur de Estados Unidos en los últimos tiempos. cuatro años. Ante esta realidad, la presencia de exdirectores comunistas en suelo estadounidense se ha convertido en un tema delicado y controvertido que no parece tener una resolución fácil.

La comunidad del exilio cubano espera que se tomen medidas para evitar que personas con antecedentes represivos se beneficien de la generosidad del sistema migratorio estadounidense, una situación que, para muchos, es inaceptable y una frente a quienes han luchado por la libertad de Cuba.

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