Ayer, en La Habana, falleció a los 81 años Eduardo Delgado Bermúdez, coronel de la inteligencia cubana y una de las figuras más destacadas del aparato diplomático del régimen castrista. Su vida estuvo marcada por un compromiso inquebrantable con la doctrina comunista, desempeñando un papel crucial en la expansión y consolidación del socialismo cubano en la arena internacional.

Desde sus años de juventud, Delgado Bermúdez se involucró en la lucha contra la dictadura de Batista, participando activamente en las huelgas estudiantiles cuando apenas tenía 14 años. Fue uno de los fundadores de los Órganos de la Seguridad del Estado, y su carrera estuvo íntimamente ligada a la Dirección de Inteligencia, donde destacó por su trabajo en la infiltración y subversión en países extranjeros bajo la cobertura diplomática.

Asignado al servicio diplomático desde los primeros años de la Revolución, Delgado Bermúdez sirvió como embajador en varias naciones estratégicas, incluyendo El Vaticano y Japón. Durante su estancia en Japón, fue testigo y partícipe de la histórica visita de Fidel Castro en 1995, que marcó un hito en las relaciones entre ambos países.

A lo largo de su carrera, Delgado Bermúdez fue una pieza central en la exportación de la ideología castrocomunista a través de la creación y apoyo a movimientos guerrilleros en países como Guinea-Bissau, Vietnam y Laos. Su labor fue justificada por el régimen como una contribución a la lucha contra el imperialismo y el colonialismo.

Delgado Bermúdez también se destacó en el ámbito académico, dedicando sus últimos años a la enseñanza en el Instituto de Relaciones Internacionales de Cuba, donde formó a las nuevas generaciones de diplomáticos cubanos en la doctrina del régimen. Además, fue autor de varios libros, entre ellos La batalla diplomática de Cuba en la OEA y La negociación internacional: arte y ciencia del proceso negociador (2021), reflejando su profunda implicación en las estrategias de negociación del régimen.

Durante casi dos décadas, ocupó el cargo de viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX), participando en innumerables reuniones y negociaciones internacionales en favor del gobierno cubano. Su influencia se extendió a organismos internacionales como las Naciones Unidas y el Movimiento de Países