En un comunicado emitido el 31 de julio de 2024, la Fundación de Derechos Humanos (HRF) denunció con firmeza la reciente proclamación de Nicolás Maduro como presidente reelecto de Venezuela, calificándola como un acto fraudulento. Según HRF, el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el régimen, anunció la victoria de Maduro el 28 de julio, tras una interrupción sospechosa en el procesamiento de datos.

La oposición, liderada por el candidato Edmundo González Urrutia y la activista María Corina Machado, ha alegado que ganó con un 67% de los votos frente al 30% de Maduro, basándose en datos de actas de escrutinio que han sido publicadas en línea para verificar la transparencia del proceso. Sin embargo, el CNE proclamó a Maduro como ganador con el 51,2% de los votos, sin proporcionar pruebas claras o acceso a la documentación electoral necesaria para validar estos resultados.

HRF destacó que la elección estuvo marcada por violaciones graves, incluyendo la detención arbitraria de 183 miembros de la oposición y la exclusión de observadores internacionales independientes, permitiendo únicamente la presencia del Centro Carter y aliados del régimen. Además, se informó que se restringió el derecho al voto de millones de venezolanos en el extranjero, y que se cerraron fronteras cruciales antes de las elecciones para limitar la participación de refugiados venezolanos.

El comunicado de HRF, respaldado por otras organizaciones internacionales, subraya la necesidad de que la comunidad global se movilice en apoyo al pueblo venezolano, que se enfrenta a un régimen autoritario que, según HRF, ha manipulado sistemáticamente el proceso electoral para perpetuarse en el poder. . La organización insta a una respuesta unificada para apoyar el retorno a la democracia en Venezuela y responsabilizar a los perpetradores de las violaciones a los derechos humanos.

Esta declaración se produce en un contexto de creciente represión, donde se han reportado detenciones y supuestas torturas de opositores, en un esfuerzo por silenciar las protestas y disuadir la disidencia. HRF concluye que la comunidad internacional debe aprovechar esta oportunidad para apoyar las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano, y exigir la rendición de cuentas de un régimen que ha traicionado repetidamente a su ciudadanía.

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