En un reciente intercambio de correspondencia, la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, respondió a una carta de Alberto Fonseca, activista cubano radicado en Canadá, quien solicitaba apoyo en el caso de su hermano, Roberto Pérez Fonseca, un preso político en Cuba. La misiva del 13 de marzo, firmada por la ministra Joly, destaca la preocupación del gobierno canadiense por los derechos humanos en Cuba, específicamente en relación con la represión de manifestantes pacíficos, activistas y periodistas desde las protestas del 11 de julio de 2021.

Roberto Pérez Fonseca fue arrestado y condenado a diez años de prisión tras participar en las protestas antigubernamentales en San José de las Lajas, donde fue acusado de «atentado», «desacato», «instigación para delinquir» y «desorden público». Su caso ha sido emblemático en la lucha por los derechos humanos en la isla, pues fue arrestado por romper una imagen de Fidel Castro durante las manifestaciones.

En su respuesta, la ministra Joly empatiza con la angustia de la familia de Pérez Fonseca y señala que el gobierno canadiense ha estado en contacto con las autoridades cubanas, abogando por la liberación de todos los presos políticos en la isla. Sin embargo, Joly también menciona las limitaciones que enfrenta Canadá para intervenir en casos de aplicación de la ley en otros países, especialmente cuando el detenido no es ciudadano canadiense.

El activismo de Alberto Fonseca ha sido crucial para visibilizar el caso de su hermano. A través de su campaña, ha denunciado las condiciones inhumanas de detención y la falta de atención médica adecuada en las prisiones cubanas, donde su hermano ha estado detenido. Además, el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU ha intervenido, calificando la detención de Roberto Pérez Fonseca como arbitraria y exigiendo su liberación inmediata.

Este caso pone de relieve la complejidad de las relaciones diplomáticas y la defensa de los derechos humanos en contextos internacionales, donde las acciones de un gobierno extranjero pueden ser limitadas. Canadá, a pesar de sus esfuerzos, enfrenta restricciones al tratar de influir en las políticas internas de Cuba. Sin embargo, continúa promoviendo el respeto a los derechos humanos a nivel bilateral y en foros internacionales, buscando presionar al gobierno cubano para mejorar la situación de los derechos civiles en la isla.

Deja un comentario

Suscribirse

Tendencias