Rosmary Díaz Cañete, hija de Bruno Díaz, quien era Jefe de Sector de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en el Reparto 26 de Julio de la ciudad de Holguín, se encuentra actualmente en Ciudad de México tras huir de Cuba. Según la información proporcionada por familiares de los manifestantes del 11 de julio de 2021, Rosmary y su padre fueron testigos clave en los juicios contra los detenidos por las protestas.

Rosmary, quien viajó desde Nicaragua a través de una agencia de coyotes mexicanos, tiene programada una entrevista en la Embajada de Estados Unidos. Si logra demostrar «miedo creíble», podría obtener asilo en Estados Unidos, conocido como «Tierras de Libertad» para quienes huyen de la represión.

Sin embargo, la situación de Rosmary es más compleja. De acuerdo con fuentes cercanas, tuvo que salir de Cuba debido a una estafa de 5,600 euros a un ciudadano alemán, lo que ha generado una búsqueda activa en su contra en la isla. Esta doble condición de represora y estafadora ha encendido las alarmas entre sus víctimas.

Familiares de los manifestantes condenados han expresado su indignación y preocupación. Temen que Rosmary pueda eludir la justicia y las consecuencias de sus acciones si logra asilo en Estados Unidos. Han solicitado que esta denuncia llegue a las autoridades de inmigración estadounidenses para evitar que se le permita la entrada al país, argumentando que es cómplice de la represión contra los cubanos que protestaron pacíficamente por la libertad.

El caso de Rosmary Díaz Cañete ilustra las complejidades y las controversias en torno a los solicitantes de asilo, especialmente aquellos con antecedentes de participación en actos de represión. La comunidad de exiliados cubanos en Estados Unidos observa con atención el desenlace de esta situación, mientras abogan por justicia para los afectados por la represión en Cuba.

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