Hoy, 17 de julio de 2024, Ernesto Borges Pérez cumple 26 años en prisión. Su encarcelamiento es uno de los casos más destacados y prolongados de represión política en Cuba, simbolizando la lucha de los disidentes contra el régimen cubano.

Ernesto Borges, exoficial de la contrainteligencia cubana, fue arrestado en 1998 cuando intentaba entregar a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana una lista de 26 agentes de la Seguridad del Estado que serían infiltrados en territorio norteamericano. Borges fue condenado inicialmente a la pena de muerte, que luego se conmutó por una sentencia de 30 años de prisión por tentativa de espionaje .

Desde su arresto, Borges ha sido sometido a condiciones extremadamente duras y ha pasado los primeros diez años en una celda de aislamiento en la prisión de máxima seguridad de Guanajay, seguida de su traslado al Combinado del Este en La Habana. Ambas prisiones son conocidas por sus pésimas condiciones de ventilación y oscuridad constante, lo que ha afectado gravemente la salud de Borges, incluyendo su visión, debido a cataratas no tratadas adecuadamente .

Según las leyes cubanas, Borges debería haber sido liberado tras cumplir un tercio de su condena (10 años). Sin embargo, su solicitud de libertad condicional ha sido repetidamente denegada. A pesar de las múltiples ofertas de la Seguridad del Estado para reducir su pena a cambio de colaboración, Borges ha mantenido su integridad y ha rechazado todas las propuestas, demostrando una resistencia inquebrantable frente a la opresión .

En 2020, Borges recibió su primer pase carcelario en 22 años, permitiéndole visitar a su familia por unos días. Este breve respiro fue un momento significativo para él y sus seres queridos, aunque no disminuyó la lucha continua por su liberación total .

La situación de Ernesto Borges es un claro ejemplo de la represión sistemática que enfrentan los disidentes en Cuba. Su caso ha sido denunciado por numerosas organizaciones de derechos humanos a nivel internacional. Hoy, al cumplir 26 años en prisión, es imperativo recordar y reiterar el llamado a las autoridades cubanas para que otorguen la libertad condicional que le corresponde por derecho y pongan fin a su injusto encarcelamiento.

Ernesto Borges Pérez no solo es un prisionero político; es un símbolo de resistencia y dignidad. Su caso refleja la lucha constante por la libertad y los derechos humanos en un contexto de opresión. Recordemos su sacrificio y continuemos abogando por su liberación y la de todos los presos políticos en Cuba.

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