Pinar del RíoEn una nueva justificación que busca desviar la atención de su incompetencia, el régimen cubano ha atribuido la devastación de más de mil hectáreas de cultivos en Pinar del Río a las persistentes lluvias que azotaron el occidente cubano durante los últimos 20 días. La realidad en las mesas de los cubanos, sin embargo, sigue siendo la misma: vacía y carente de viandas y vegetales.

Ortelio Rodríguez Perogurría, subdelegado de la Agricultura en Vueltabajo, informó que los municipios más afectados hasta ahora son Consolación del Sur, Sandino y Guane. Sin embargo, estas cifras preliminares podrían aumentar a medida que se acceda a las áreas aún inundadas. Mientras tanto, la escasez de alimentos en el país sigue siendo crítica, independientemente del clima.

Estragos en los cultivos: Una excusa conveniente

Los principales daños se concentran en:

  • Viandas: 430 hectáreas afectadas.
  • Granos: 368 hectáreas afectadas, principalmente maíz.
  • Hortalizas: 230 hectáreas afectadas.

Entre los cultivos más perjudicados se encuentran el boniato, la yuca y la calabaza. No obstante, estas cifras ocultan una verdad más profunda: la falta de alimentos en Cuba es un problema persistente que no se resuelve con la mejora del clima.

Medidas de emergencia: Parches temporales

Rodríguez Perogurría aseguró que se están tomando medidas urgentes para rescatar los alimentos del campo que aún puedan ser utilizados y enviarlos rápidamente a los mercados. Estas medidas, sin embargo, parecen ser más un parche temporal que una solución a largo plazo a la crisis alimentaria que afecta al país.

Evaluaciones y estrategias futuras: Más promesas incumplidas

Además, se está llevando a cabo una evaluación para determinar la disponibilidad de cultivos en los campos y prever cuánto se podrá cosechar en los próximos meses. Este análisis, supuestamente crucial para trazar estrategias de siembra, a menudo resulta en promesas vacías que nunca se materializan en beneficios reales para la población.

Hasta el momento, se habían plantado alrededor de 20,000 hectáreas de diversos cultivos como parte de la campaña de primavera, de un plan total de más de 35,000 hectáreas previstas para la temporada. Sin embargo, estas cifras no pueden ocultar la ineficiencia y la corrupción que han caracterizado la gestión agrícola del régimen durante décadas.

La realidad en las mesas cubanas

El régimen cubano, en su acostumbrada práctica de culpar a factores externos, sigue evadiendo su responsabilidad en la crisis alimentaria. La escasez de viandas, vegetales y otros productos básicos es una constante en la vida de los cubanos, quienes día tras día enfrentan estantes vacíos y precios inalcanzables.

La devastación causada por las lluvias es solo la última excusa en una larga lista utilizada por el régimen para desviar la atención de su incompetencia y corrupción. Mientras tanto, el pueblo cubano sigue sufriendo las consecuencias de un sistema que perpetúa la escasez y la desesperanza, sin soluciones reales a la vista.

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