Juan Alexander Morales González, un ex marino comerciante cubano, lleva diez años enfrentando un calvario de desatención y negligencia por parte de entidades estatales y corporativas en Cuba. Tras sufrir graves fracturas medulares a bordo de un buque de Nordstrand North South Maritime, Morales ha luchado incansablemente por una compensación justa por invalidez total, alegando que la negligencia del primer oficial del buque fue la causante de su condición degenerativa y progresiva.
Negación de Derechos y Desamparo
La empresa Selecmar, agencia que lo empleaba, junto con los servicios médicos marítimos y el gerente de Nordstrand, Rafael Guzmán Pérez, supuestamente conspiraron para invalidar su derecho a compensación. Morales acusa a estas partes de prevaricación y difamación, alegando que sus pruebas médicas, que justificarían su reclamo, fueron desestimadas. Su batalla legal ha encontrado un gran obstáculo en el sistema judicial cubano, incluyendo los tribunales populares y el Tribunal Supremo, que, según él, actuaron de manera inconstitucional al negar validez a sus documentos.
Falta de Respuesta del Estado
El desesperado intento de Morales por ser escuchado lo llevó a escribir al presidente (puesto a dedo) Miguel Díaz-Canel en 2018. Recibió promesas de María del Carmen Cedeño, funcionaria del Consejo de Estado, asegurando que se tomarían medidas para resolver su situación. Sin embargo, estas promesas resultaron ser vacías, y el Ministerio del Transporte también desestimó sus preocupaciones, aumentando su sensación de desprotección y engaño por parte del Estado.
Discriminación y abuso de poder
En un incidente más reciente, mientras intentaba ganar algo de dinero vendiendo cigarros, Morales fue multado injustamente por inspectoras en Alamar, quienes lo amenazaron con la presencia de policías que nunca descubrieron. Este acto de intimidación y discriminación se suma a la larga lista de agravios que ha sufrido Juan Alexander Morales González.
A pesar de vivir con una pensión insuficiente y enfrentar un deterioro en su salud, Morales se mantiene firme en su determinación de luchar y denunciar las violaciones a sus derechos humanos y constitucionales. Su historia es un testimonio de la resistencia frente a la indiferencia institucional y la explotación corporativa, y resalta la urgencia de una reforma significativa en la protección de los derechos de los ciudadanos en Cuba.
Este caso plantea serias preguntas sobre la efectividad y humanidad del sistema de justicia y gobernanza en Cuba, especialmente en lo que respeta al trato de ciudadanos en situaciones vulnerables como la de Morales. La batalla de Morales por justicia y reconocimiento es un llamado a la reflexión sobre las responsabilidades del Estado y las empresas hacia los individuos, especialmente cuando están en su punto más vulnerable.
Morales es un hombre de alta estatura, mide 1,95 y está pesando 165 libras/ 74,84 kg, su delgadez se puede mostrar en esta imagen que envía a la redacción ClickCuba.








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