La Habana, Cuba – En un caso que ha dejado conmocionada a la comunidad, Enrico Nerongo, hijo del embajador de Namibia en Cuba, ha sido acusado de propinar una brutal golpiza a su pareja, Mariela Ruiz Bourzac. El incidente ocurrió ayer y dejó a la víctima con fractura en el tabique de la nariz y múltiples hematomas en su cuerpo. Ruiz Bourzac, quien actualmente está embarazada de cuatro meses y tiene una hija con Nerongo, ha sido objeto de abusos físicos recurrentes.
Denuncia Ignorada por Inmunidad Diplomática
Según fuentes cercanas a la familia, los episodios de violencia eran conocidos pero perdonados por los familiares de la víctima. Tras el último ataque, la familia decidió denunciar el hecho en la estación de policía de Cinco Palmas en La Lisa. Sin embargo, la denuncia no fue admitida debido a la inmunidad diplomática que protege a los embajadores, diplomáticos y sus dependientes.
Falta de Respuesta de las Autoridades Jurídicas
Desesperados por justicia, los familiares acudieron a una Consultoría Jurídica en busca de ayuda. Lamentablemente, tampoco encontraron apoyo, ya que la familia Nerongo mantiene estrechos vínculos con la alta nomenclatura cubana, incluyendo la Presidencia.
Temor y Desprotección
Mariela Ruiz Bourzac y su familia viven atemorizados por el comportamiento reincidente de Nerongo, conocido por sus problemas de violencia doméstica y alcoholismo. La falta de acción por parte de las autoridades cubanas refleja una grave desprotección hacia las víctimas de violencia de género en el país, especialmente cuando los agresores tienen conexiones diplomáticas o políticas.
Llamado a la Comunidad Internacional
Niover Licea, quien hizo público el caso, exhorta a los medios de comunicación independientes cubanos y a la prensa internacional a investigar y dar visibilidad a esta situación. La finalidad es asegurar que Mariela Ruiz Bourzac pueda obtener una orden de alejamiento contra su agresor y que se haga justicia en un caso que pone de manifiesto la impunidad que gozan algunos individuos en Cuba.
Este caso no solo expone la violencia de género sino también la complicidad y el desinterés de un sistema que prefiere proteger a los poderosos en lugar de defender a sus ciudadanos más vulnerables.
Para más información y seguimiento del caso, se espera que las organizaciones de derechos humanos y los medios internacionales continúen investigando y presionando para que se tomen las medidas necesarias.







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