Aylín Sardiñas Fernández compartió recientemente en Facebook unas fotos nunca antes vistas de su hermano, tomadas mientras estaba hospitalizado en la sala C del Hospital Mario Muñoz en Colón, Matanzas. Estas imágenes reflejan la resiliencia y el amor en medio de una situación extremadamente difícil, derivada del encarcelamiento político de su hermano.
Aylín recuerda cómo, a pesar de la barrera física y la presencia de guardias, lograron mantener el contacto y el ánimo en alto. La sala donde se encontraba su hermano daba a la calle, separada solo por muros y cercas, permitiendo gritar y conversar. A pesar de la estricta vigilancia, lograron compartir momentos cómicos y entrañables.

El guardia, con insistencia, intentaba desalojarlos, pero esto no detuvo a Aylín y a su familia. Sentada en la acera, Aylín actuaba como DJ, poniendo canciones para su hermano. Entre risas y canciones, se creaba una breve pero valiosa conexión. Diana, la niña de su prima, se subía al muro para llamar a su hermano, y juntos intercambiaban bromas hasta que el guardia intervenía nuevamente.
Ese día, Aylín logró que su hermano escuchara cuatro canciones que quedaron grabadas en sus corazones: «Illusions» de Cypress Hill, «Tony Presidio» de Vico C, «Goodbye for Now» de P.O.D, y «When I Die» de Big Left de La Coka Nostra. Cada canción llevaba consigo un mensaje y una conexión especial, proporcionando un breve respiro en medio del sufrimiento.
Aylín denuncia el dolor y la injusticia del presidio político, una realidad que afecta a miles de cubanos. Ella enfatiza que la represión no ha logrado quebrar el espíritu de aquellos que luchan por la libertad. Recuerda las palabras del Padre Alberto, destacando que la dictadura ha inculcado un miedo a la perpetuidad de su poder, pero Aylín cree firmemente en la posibilidad de un cambio.
Aylín se declara enemiga del gobierno de facto y expresa su deseo de ver justicia para su hermano y todos los presos políticos. No solo busca la liberación, sino también responsabilizar a aquellos que han cometido actos de represión. Ella promete estar presente en cada juicio contra los represores, llevando consigo un mensaje de resistencia y esperanza.

Cierra su mensaje con un llamado a la libertad para todos los presos políticos, mencionando a figuras como su hermano Rolando Sardiñas, Sayli Navarro, y Félix Navarro, cuya presencia en prisión es vista como una fuente de esperanza y paz. Su testimonio es un recordatorio de la fortaleza del espíritu humano frente a la adversidad y un llamado a la solidaridad y a la lucha por un futuro libre de opresión.
Este relato, basado en la experiencia de Aylín, resalta la importancia de mantener la esperanza y la resistencia frente a la injusticia, y cómo el amor y la música pueden servir como medios poderosos para sostener el espíritu en tiempos oscuros.







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