El gobierno cubano ha acusado a Estados Unidos de planear un «sabotaje energético» dentro de la isla con el objetivo de reeditar las masivas manifestaciones populares del 11 de julio de 2021. Esta afirmación fue divulgada por el periodista oficialista cubano Oliver Zamora a través del canal Rusia Today, y desde temprano en la mañana del 30 de mayo de 2024, dicho medio ha estado difundiendo insistentemente esta noticia.

La noticia ha sido considerada absurda por muchos, ya que el sistema energético cubano ya sufre de serias deficiencias que han mantenido a la mayoría de los cubanos en un régimen de apagones insoportable. La nueva acusación, lejos de ser un hecho aislado, parece formar parte de una estrategia más amplia del régimen cubano para preparar el terreno para una posible represión ante un inminente levantamiento popular.

El régimen parece estar consciente de que un estallido social es inevitable debido al deterioro continuo de la calidad de vida en la isla, provocado por la ineficiencia del sistema político-económico impuesto dictatorialmente durante los últimos 65 años. Ante esta situación, la dirigencia cubana ha activado un complejo mecanismo represivo, buscando justificar ante la opinión pública internacional una futura represión contra manifestantes pacíficos que exijan libertad.

La narrativa promovida por el régimen sugiere que el gobierno de EE.UU. instiga y paga a cubanos para que se manifiesten, lo que demuestra una insensibilidad y desconexión total con las penurias de la población. La noticia es parte de una estrategia que viene implementando el régimen desde las recientes declaraciones de Díaz-Canel en una entrevista con el periodista franco-español Ignacio Ramonet, donde afirmó que los manifestantes están financiados por proyectos subversivos de EE.UU. y cometen actos vandálicos, lo que justifica una respuesta judicial.

En la misma entrevista, Díaz-Canel aseguró que las manifestaciones en Cuba no son reprimidas, lo cual contradice la realidad conocida por todos los cubanos. Además, se ha informado que el régimen está captando personal para activar las Brigadas de Respuesta Rápida, una especie de organización paramilitar destinada a reprimir a los manifestantes, intentando mostrar que la represión es una iniciativa popular y no una política del estado.

En resumen, el régimen cubano está preparando una respuesta represiva ante las inminentes manifestaciones, producto del hastío generalizado de los cubanos ante una crisis económica, política y social que amenaza la sobrevivencia del pueblo. El levantamiento popular parece cada día más inevitable, y la lucha por la libertad no será detenida por la represión de una dictadura que no reconoce los derechos del pueblo a vivir en libertad y prosperidad.

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