En medio de la alarma y el desespero, un mono se ha escapado del zoológico de Caibarien, desatando un operativo de captura que ha movilizado a las autoridades. Sin embargo, detrás de este incidente se revela una verdad aún más desgarradora: los animales en el zoológico están muriendo de hambre, con escasas posibilidades de alimentarse adecuadamente.

Mientras se despliegan esfuerzos para asegurar al mono fugitivo, es crucial abordar las condiciones que llevaron a este trágico escape. El sufrimiento de estos animales no puede ser ignorado. Las imágenes de leones raquíticos son testimonios elocuentes de la negligencia y el abandono que padecen.

Si bien algunos podrían argumentar que la escasez de alimentos afecta a la población en general, la diferencia fundamental radica en que estos animales no eligieron su confinamiento. Fueron arrebatados de su hábitat natural y encerrados en jaulas como prisioneros inocentes.

Esta denuncia pública, respaldada por el grupo «Apoyo Total a los Animales», es un llamado urgente a poner fin al maltrato y la negligencia en los zoológicos. El hambre duele, y la injusticia de privar a estos seres vivos de una vida digna es inaceptable.
Es hora de que las autoridades tomen medidas efectivas para garantizar el bienestar de los animales en cautiverio. El escape del mono es solo la punta del iceberg de un problema mucho más profundo y sistémico que requiere atención inmediata y acciones concretas.







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