La Unión Eléctrica de Cuba ha emitido un comunicado informando sobre el incremento de actividades de mantenimiento en sus centrales térmicas, energas y generación distribuida durante los meses de enero a junio. Estas acciones están destinadas a prepararse para los meses de mayor consumo eléctrico, julio y agosto, así como para atender la demanda durante el descanso de la población. Sin embargo, se han enfrentado a dificultades inesperadas, como el mantenimiento de la Unidad de Felton por 25 días, lo que ha resultado en un incremento de las afectaciones al servicio eléctrico.

El déficit de electricidad en Cuba no es algo nuevo, pero estas últimas incidencias evidencian la precaria situación en la que se encuentra el sistema eléctrico del país. La falta de inversión en infraestructura, la obsolescencia de las instalaciones y la escasez de recursos han llevado al régimen cubano al borde del colapso energético.

La Unión Eléctrica justifica estas interrupciones en el suministro eléctrico como parte de un plan de mantenimiento para garantizar un verano con el mínimo de afectaciones posibles. Sin embargo, la realidad es que el personal de la Unión Eléctrica trabaja con recursos limitados, enfrentando una difícil situación financiera exacerbada por las restricciones impuestas por lo que ellos llaman «nuestros enemigos».

La falta de electricidad afecta a todos los sectores de la sociedad cubana, desde el hogar hasta la industria, pasando por los servicios públicos. Hospitales, escuelas y negocios se ven afectados por los cortes de energía, poniendo en riesgo la salud, la educación y la economía del país.

Mientras tanto, el régimen cubano continúa culpando a factores externos de su crisis energética, ignorando su propia responsabilidad en la gestión deficiente de los recursos y la falta de planificación a largo plazo. A menos que se tomen medidas urgentes para modernizar la infraestructura eléctrica y diversificar las fuentes de energía, Cuba seguirá enfrentando apagones y crisis recurrentes en el futuro.