
La reciente participación de Brenda Díaz, transgénero encarcelado injustamente en Cuba por su participación en las protestas del 11 de julio de 2021, en un taller promovido por el CENESEX ha generado preocupación y críticas.
En una publicación del 15 de noviembre de 2023 en la página de Facebook del CENESEX, se informa sobre la conclusión satisfactoria del «Taller de Promotores de Salud y Derechos Sexuales» en el Establecimiento Penitenciario de Güines. Esta actividad, dirigida a personas trans privadas de libertad, contó con la participación de Brenda Díaz y otras personas transgénero, quienes fueron fotografiados sosteniendo certificados junto a Mariela Castro, directora del CENESEX e hija del ex dictador Raúl Castro y su mano derecha Malú Cano.
Sin embargo, detrás de esta aparente iniciativa de educación y promoción de derechos sexuales, se esconde una táctica de propaganda utilizada por el régimen cubano para proyectar una imagen de progreso y respeto hacia los derechos de las personas trans en las prisiones cubanas.
Es importante señalar que la realidad dentro de las cárceles cubanas dista mucho de esta imagen pintada por el CENESEX. Las personas trans, como Brenda Díaz, son tratadas de manera inhumana, siendo obligadas a llevar uniformes de presos y con la cabeza rapada, como si fueran hombres, permaneciendo en cárceles exclusivas para portadores de VIH y enfermos de SIDA. Además, no se les proporcionan los recursos básicos necesarios, como condones, y son sometidas a condiciones de vida precarias y segregadas. Opresión que enfrentan, la personas trans, disidentes políticos y las minorías en el país.

La participación de Brenda Díaz en un evento promovido por el régimen dictatorial que lo encarceló plantea interrogantes sobre su verdadero compromiso con la lucha por la libertad y los derechos humanos en Cuba. En un contexto donde los presos políticos son privados de sus derechos fundamentales, la colaboración con instituciones del régimen puede ser interpretada como una capitulación ante la opresión.
En resumen, la utilización de las personas trans por parte del régimen cubano para su propia propaganda es un acto de cinismo que busca encubrir las violaciones sistemáticas de los derechos humanos en las prisiones cubanas y desviar la atención de la verdadera situación de opresión que enfrentan los disidentes políticos y las minorías en el país.







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